2 ago 2011

Sanación de heridas y estados alterados de conciencia


Sanación de heridas y estados alterados de conciencia
Por Miguel Angel Pichardo Reyes
Curar el Trauma

Recuerdo mi primera experiencia de sanación en trance, yo he de haber tenido aproximadamente 4 años edad y fue en el Estado de Veracruz, una bruja mulata me curo de espanto a través de un ritual de limpia en un estado alterado de conciencia. La segunda experiencia de sanación fue en mi adolescencia cuando acudí a un retiro espiritual del movimiento de renovación carismática, en esa ocasión fui testigo de varios tipos de estados alterados de conciencia, desde la simple ensoñación producida por la oración, pasando por la sanación espiritual a través de la imposición de manos y la oración en lenguas, hasta los trances psicóticos por posesión demoniaca. Mi tercera experiencia fue durante una sesión de psicoterapia corporal bioenergética, donde yo mismo entre en trance bioenergético para sanar una herida afectiva relacionada con mi padre. A partir de ese momento fui testigo de muchas más experiencias de sanación a través de la inducción de estados alterados de conciencia.

Aunque son muchos los posibles estados alterados de conciencia, yo me detendré en sólo uno de estos estados: el trance. Existen varios tipos de trance, yo los clasifico en tres: 1) el trance religioso, extático y chamánico, 2) el trance psicótico, y 3) el trance terapéutico. El trance que en particular me interesa abordar es el trance terapéutico, del cual también existen varios subtipos, y aquí sólo abordare aquel que denominamos como trance bioenergético. Quizás pueda ser de ayuda asimilar la práctica del trance terapéutico con la práctica chamánica del trance de sanación. Aunque el trance religioso puede tener muchos fines, me parece que existe una similitud de fines entre el trance chamánico y el trance terapéutico, pues los dos buscan curar a las personas, grupo o comunidad. Sin embargo, la diferencia entre uno y otro tipo de trance, consiste en que durante el trance chamánico es el propio chamán quién entra en trance, mientras que en el trance terapéutico, el psicoterapeuta induce el trance en el paciente y lo acompaña en este.

El trance terapéutico se puede definir como un estado alterado de conciencia inducido por un psicoterapeuta, dicho trance se caracteriza por 1) un acrecentamiento de la interopercepción y un bloqueo de la exteropercepción, 2) la alteración de los signos vitales por vibraciones y descargas bioenergéticas en todo el cuerpo, 3) la suspensión del juicio y el discurrir racional sin anulación de la conciencia, y 4) la producción de sensaciones e imágenes endógenas, las cuales tienen un fin psicoterapeútico particular, en este caso, sanar las heridas afectivas producidas por traumas, para lo cual se busca: 1) integrar el cuerpo-mente, 2) rastrear los registros somáticos y huellas mnémicas enlazados a situaciones traumáticas, 3) reconstruir escenas biográficas y reexperimentarlas, 4) resolver el remanente energético del trauma (descarga bioenergética), 5) liberar emocionalmente a través de la voz, la postura y la respiración, 6) alterar y resignificar las escenas traumáticas a través de la elaboración discursiva en la relación transferencial.

La inducción de estados alterados de conciencia para sanar traumas, tanto por el sanador como del paciente, ha sido una práctica que se ha venido realizando en todas las culturas durante mucho tiempo, ya sea que se realice a través del sueño, de la ensoñación, con la utilización de psicotrópicos, la respiración, la danza, la música, el ejercicio, el juego, la meditación, la imaginería, ciertas posturas, rituales, la imposición de manos, la sugestión colectiva, la soledad, los símbolos, la concentración, la palabra, el contacto, etc. Occidente no es ajeno a la utilización de los estados alterados de conciencia para sanar, ya lo encontramos en el nacimiento del propio psicoanálisis y la utilización de la hipnosis en el tratamiento de la histeria a finales del siglo XIX.

En la actualidad, en el campo de las psicoterapias corporales bioenergéticas neoreichianas y transpersonales es posible encontrar una maduración de estas técnicas, las cuales se han venido implementando desde los años 50´s, teniendo su apogeo durante los 60´s y 70´s con el uso del LSD. Aunque en la actualidad se siguen utilizando enteógenos para inducir el trance, éstos se han sustituidos por técnicas de respiración, posturas, música y danza, lográndose la incorporación a estos estados alterados en la mayoría de los participantes.

El uso que yo realizo del trance bioenergético con fines psicoterapéuticos se enmarca dentro de un programa de sanación psicocorporal de heridas afectivas producidas por traumas infantiles en el seno familiar, dentro de los cuales destacan el abuso sexual, el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, enfermedades y procedimientos médicos intrusivos y agresivos, así como una serie de subtraumas acumulativos como el abandono, el rechazo, la humillación, la traición y las injusticias.

La metodología que utilizo para la inducción del trance bioenergético prescinde de cualquier aditamento cultural o espiritual, como lo puede ser la música, el mantra, la visualización de imágenes sagradas, incienso, entre otros, sólo se necesita un espacio aislado, con buena ventilación e iluminación, un tapete o cama y ropa adecuada. Esta austeridad procura cierta neutralidad con respecto a las creencias, y también incorpora la técnica sin dar lugar a dudas al campo propiamente clínico, pues la utilización de otros aditamentos puede dar lugar a la confusión en el paciente.

La técnica del trance bioenergético con fines psicoterapéuticos se lleva a cabo a través de las siguientes etapas: 1) etapa de entrevista inicial y psicodiagnóstico, 2) etapa de valoración de aptitud del paciente para el trance bioenergético, 3) de ser positivo se inicia en proceso de desbloqueo psicocorporal y entrenamiento en la secuencia de ejercicios bioenergéticos, y 4) inducción del trance bioenergético para el procesamiento de traumas.

La inducción del trance bioenergético tiene la siguiente secuencia: 1) encuadre, 2) ejercicios de calentamiento, 3) instrucciones para inducir el trance, 4) rastreo de registros somáticos y huellas mnémicas, 5) reexperimentar la escena con descarga bioenergética y liberación emocional, 6) saltar escenas, 7) descanso y cierre, y 8) elaboración discursiva y asociación libre.

En la actualidad el trance bioenergético es posible utilizarlo con fines psicoeducativos para el desbloqueo psicocorporal y el trabajo grupal sobre los traumas. Esta técnica forma parte de un programa de sanación psicocorporal de heridas afectivas denominado Sistema SANHA, el cual se imparte al público en general y donde también se integran otras técnicas como la ensoñación corporal escénica, la cartografía del carácter, el trance bioenergético y el autoanálisis.

1 comentario:

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